jueves, 20 de diciembre de 2012

GAFAS DE SOL TAMBIÉN EN INVIERNO



El uso de las gafas de sol no debe ser solo para los meses de primavera y verano donde parece que realmente las necesitamos.  En invierno son igualmente de importantes ya que aunque haya menos horas de sol, sus efectos son los mismos que en verano.
Parece que cuando el cielo está nublado la radiación UV no llega, pero lo cierto es que nuestra vista está expuesta permanentemente a los rayos ultravioletas, por lo que no podemos olvidar protegernos con unas gafas de sol.
Y su uso es mucho más importante en la montaña. En invierno son muchas las personas que realizan deportes como esquí, allí es donde hay que tener especial cuidado con las radiaciones solares. En altitudes elevadas existe un mayor riesgo de que se produzcan daños oculares. Se estima que por cada mil metros de altura, el efecto dañino de la radiación solar aumenta un 15%. Y además si estamos en la nieve hay que tener cuidado porque refleja el 85 por ciento de los rayos ultravioleta.
Y es que el sol puede resultar peligroso para nuestros ojos. La exposición directa sin protección solar puede producir irrataciones en la córnea, patologías oculares como queratitis o quemaduras en la córnea.
Así que ya sabes, incluso en invierno no olvides tus gafas de sol.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

VISIÓN Y CONDUCCIÓN



Algunos trabajos científicos empiezan a relacionar deficiencias visuales con mayor tasa de accidentes de tráfico. Menores agudezas visuales (A.V.) tanto estática como dinámica y campos visuales menores a los normales aparecen habitualmente en conductores accidentados.

Una baja iluminación puede manifestar en muchos conductores una serie de trastornos visuales por un déficit sensibilidad luminosa, que aumentan las posibilidades de tener un accidente de tráfico.
La mayoría de las capacidades de la visión se limitan en condiciones dinámicas, como la conducción, y la agudeza visual, al igual que el campo visual y la capacidad de captar y procesar la información de nuestro entorno disminuye de forma proporcional a la velocidad por lo que responder de manera eficaz ante estímulos visuales como el cruce de un peatón nos será más dificultoso.

En una sociedad con mayor esperanza de vida y por lo tanto con mayor porcentaje de ancianos, los riesgos tanto en conductores como en peatones en esta franja de edad aumentan considerablemente (déficit de atención, lentitud en la reacción, así como enfermedades como glaucoma, cataratas…) pudiendo ser un factores aditivos en el número de accidentados. Además su circulación en condiciones adversas (lluvia, de noche …) y con cansancio también pueden disminuir la seguridad vial.

Por lo tanto un chequeo visual por parte de un especialista debe ser realizado para tratar y prevenir este tipo de situaciones que puedan aumentar la tasa de accidentabilidad en esta población de riesgo principalmente.
Nos gustaría llamar la atención sobre la realización de un buen examen psicotécnico de nuestras capacidades ya que los actuales tienen bastantes déficits y deberían ser tan estrictos como la I.T.V. al ser igual o más importante la situación del conductor que la del vehículo, siendo en la mayoría de los casos un mero trámite.

Para terminar querríamos expresar la idea de que conducir es un proceso muy complejo que utiliza una gran cantidad de capacidades físicas y mentales, aunque en muchos momentos sea posible como actividad automática siempre necesitaremos un sistema de atención, procesamiento y respuesta integrada con un predominio de información visual en los estímulos que recibimos los conductores. Por lo que podemos concluir diciendo que unas buenas capacidades visuales equivaldrán a una mayor seguridad vial.